sábado

Cero




No están.

Aquí no hay nada.

Y allí tampoco.

No puedes saludarlo,

desearles buenos días

o escupir a sus pies.

No puedes

siquiera despedirlos en la noche

de tu propio umbral.

No están.

aunque uses sus zapatos,

su cama, sus anillos.

No están.

No es posible

la traslación de un pensamiento

ni una corriente de emoción

correspondida.

No están.

Ámalos, maldícelos, recuérdalos:

el vacío chupa tus llamadas.

Contempla sus fotografías,

oye sus voces en la cinta:

fraudes en la mente,

trucos en la memoria.

No están.

Huele sus ropas,

palpa sus objetos:

frío callado en el aire solo.

No están.

No suman, no intervienen.

Más remotos que nunca cada día.

Tenazmente empeñados en no estar.





Joaquín Giannuzzi

Un arte callado, Ediciones del Dock



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