viernes

El diablo con la madre

I


Madre, despierta, pero no

grites, silencio! Desvelado

tu hijo ha prendido la luz

en el cuarto con los muros desnudos.

Mira en la silla negra

la ropa con cera y sangre,

las vigas pintadas con cal,

los ratones en la palangana.


II


Su muerte, un golpe en el granero,

lo ha despertado en su infieron:

un golpe del granero en su corazón,

y ahora un silencio adentro y afuera.

El silencio con el sudor de un muerto

le moja la sábana y el cuerpo.

en esa agua suspira

con la voz de una vieja golondrina.


III


Madre, tu hijo se levanta, se pone

los zapatos, abandona el lecho.

Sólo por las escaleras de hielo

baja entre las sombras de los sacos.

Solo bombea el agua, un chorro

de agua que cae con un amargo

estrépito en el arroyo; y orina

bajo las estrellas de la noche lisa.


IV


Tu hijo vuelve arriba por las escaleras

caminando despacio como un ladrón.

No la sabes, pero él tiene

un Loco sin Madre en el pecho.

Entra en el cuarto, el Ladrón,

y se queda espantado en la luz:

ahora su muerte es esta luz

que llena el cuarto de amarillo.



Pier Paolo Pasolini




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